INTERMINABLES PUERTOS DE MONTAÑA DESDE CORTINA D’AMPEZZO
Así es como recorrimos la vuelta al Monte Pelmo, por cierto, una de las montañas más altas de los Dolomitas y el primer pico dolomita que se escaló. Aquí no nos faltaron gotas de sudor en agosto en el Passo Tre Croci (1.809 m), el Passo di Giau (2.236 m) y el Paso Staulanza (1.783 m). La cima del Monte Pelmo también destaca por su insólito aspecto: como formación de dos monolitos, los lugareños la llaman cariñosamente el Trono de Dios (it. al caregon de’l Padreterno) por su amplia concavidad, que le da aspecto de silla.
¿Más es más?
Si tres cumbres en un día no le parecen suficientes, le encantará la excursión de seis pasos. Le llevará por interminables curvas cerradas y subidas asombrosas, pasando por los impresionantes panoramas de los picos más altos de los Dolomitas, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La formación rocosa de Cinque Torri, el pueblo de Andraz, Arabba y Val Gardena son sólo algunos de los puntos destacados de este extraordinario recorrido. Y en el famoso puerto de Valparola (2.192 m), recibiremos una lección de historia contemporánea, al recorrer los caminos de la Primera Guerra Mundial, que discurría por aquí, en la frontera entre Italia y la monarquía austrohúngara. Mientras tanto, en el puerto de Falzarego (2.109 m), nos sumergimos en las emociones del Giro de Italia y, por tanto, en la rica historia del ciclismo. Aquí, en 1946, Fausto Coppi venció por primera vez a Gino Bartali en una auténtica etapa de montaña. Un hecho histórico que todo aficionado al ciclismo italiano considera un momento culminante de la historia del ciclismo.
Sí,… no sólo los Dolomitas tienen un aspecto diferente, más áspero, bello e intenso, sino que la vida ciclista es mucho más rica allí que en otros lugares. Cada vez que vamos en bicicleta allí volvemos con una mochila llena de experiencias ciclistas que capturan nuestra imaginación. Para nosotros, es absolutamente «uno de los lugares donde hay que estar» en el país del ciclismo.